Se apagan los ecos del fallecimiento del inolvidable escritor, Premio Nobel de Literatura en 2010, Mario Vargas Llosa, y desde A Flor de Pluma queremos dedicarle unas líneas, como no puede ser de otra manera.
El pasado 13 de abril 2025, en Lima (Perú) se apagaba la llama de la vida de este gran genio de la literatura.
Nacido en Arequipa (Peru) el 28 de marzo de 1936, este genio de las letras autor de obras inolvidables como Conversación en La Catedral, La ciudad y los perros o La fiesta del Chivo era además de novelista, ensayista, polemista, articulista y académico.
Don Mario, pasa a la historia como un extraordinario narrador y un influyente intelectual.
Su vida no deja indiferente a nadie, y al margen del ruido social, debemos quedarnos con su legado, su peculiar pluma y su estilo ágil e incisivo.
Desde que debutó con 23 años con un volumen de cuentos —Los jefes (1959)—, no había dejado de escribir y publicar.
La fama le llegó en 1963 con la publicación de su primera novela, La ciudad y los perros, que fue un éxito inmediato tanto de crítica como de público. La obra, que critica duramente el autoritarismo y la brutalidad en un colegio militar peruano, ganó el Premio Biblioteca Breve y el Premio de la Crítica en España, marcando su entrada triunfal en el mundo literario.
Después de eso, consolidó su reputación con otras novelas importantes como:
La casa verde (1966) – que lo afianzó como un narrador ambicioso y técnicamente sofisticado.
Conversación en La Catedral (1969) – considerada una de sus obras maestras.
Pantaleón y las visitadoras (1973) – Una sátira sobre el ejército y la sexualidad.
La guerra del fin del mundo (1981) – Inspirada en hechos reales del siglo XIX en Brasil, una novela monumental y épica, con influencias de Tolstói.
La fiesta del Chivo (2000) – Una crónica poderosa de la dictadura de Rafael Trujillo en República Dominicana.
Y tantas y tantas obras más.
Su pluma no paró, y sus escritos formaron parte del llamado Boom Latinoamericano junto a otros grandes como Gabriel García Márquez, Julio Cortázar y Carlos Fuentes.
Su técnica narrativa era sofisticada, empleaba múltiples voces narrativas, saltos temporales, estructuras fragmentadas. Sus obras muestran un realismo crítico, de hecho en sus primeras novelas, está muy presente la crítica social y política, influida por el realismo.
Influido por Faulkner, Sartre y Flaubert juega mucho con los puntos de vista y las cronologías. De hecho, Javier Cercas le dedica esta preciosa comparación en su columna de El País (abril 2025) «Vargas Llosa, un cruce entre Gustave Flaubert y Victor Hugo.»
Vargas Llosa dijo a menudo que le hubiera gustado ser un escritor francés, y era de hecho miembro de l’Académie Française desde 2021.
En A Florde Pluma, queremos detenernos en una de sus obras, poco conocidas pero que tienen mucho que ver con el mundo de la literatura,
Se trata de Cartas a un joven novelista (1997). No se trata de una novela, es un ensayo didáctico, íntimo y reflexivo sobre el arte de escribir ficción.
El libro está compuesto por doce «cartas» dirigidas a un supuesto joven aspirante a escritor. En realidad, es un diálogo ficticio, una excusa para que el autor hable directamente con el lector sobre lo que ha aprendido a lo largo de su vida como novelista.
No da recetas mágicas, sino que explora cómo funciona la ficción, qué motiva a los escritores, cómo se construyen las historias, y qué papel juega la imaginación.
El final es muy directo: «Querido amigo, estoy tratando de decirle que se olvide de todo lo que ha leído en mis cartas sobre la forma novelesca y de que se ponga a escribir novelas de una vez. Mucha suerte.»
Despedimos a un genio, un hombre que tuvo sus luces y sombras en la vida social y política, pero cuyo talento literario es absolutamente innegable.
Gracias por el legado que nos deja, gracias por esas grandes obras que le hacen inmortal e inolvidable. Descanse en paz, Don Mario Vargas Llosa.
Aquí, una de sus entrevistas más íntimas, en El País con Eva Baroja (2022) («Nunca me he sentido un extranjero gracias a los libros»).
(fuente fotos : El Pais y A Flor de Pluma)