Yo, Julia

Resumen/Sinopsis:

192d.C. Varios hombres luchan por un imperio, pero Julia, hija de reyes, madre de césares y esposa de emperador, piensa en algo más grande: una dinastía. Roma está bajo el control de Cómodo, un emperador loco. El Senado se conjura para terminar con el tirano y los gobernadores militares más poderosos podrían dar un golpe de Estado. Albino es Britania, Severo en el Danubio o Nigro en Siria. Cómodo retiene a su esposa para evitar su rebelión y Julia, la mujer de Severo, se convierte así en rehén. De pronto, Roma arde. Un incendio asola la ciudad. ¿Es un desastre o una oportunidad? Cinco hombres se disponen a luchar a muerte por el poder. Creen que la partida está a punto de empezar. Pero para Julia la partida está a punto de empezar. Sabe que solo una mujer puede forjar una dinastía. Una novela sobre los conflictos de género en las esferas de poder, narrada a través de cinco personajes, de gran hondura psicológica, que funcionan como una suerte de peldaños por los que irá ascendiendo la protagonista. Y así contada la historia, parece una trama absolutamente actual, pero Julia, la protagonista, no es otra que Julia Domna, augusta del Imperio Romano, esposa del emperador Septimio Severo. Una férrea mujer que logró concentrar un poder jamás alcanzado por ninguna otra emperatriz. (fuente: qué libro leo)

Valoración:

Premio Planeta 2018. Bien, no soy fan de estos premios la verdad. Lo era hace 15 o 20 años, ya que las obras galardonadas eran mucho más merecedoras de un premio de esta categoría, que no las que se han visto agraciadas estos últimos años. Para gustos están los colores me diréis.

Ahora bien, con Yo, Julia he hecho una excepción. Me apasiona la historia de Roma, adoro Italia, y todo lo referente al Imperio Romano atrae poderosamente mi atención. Sabía que Santiago Posteguillo, el autor, era una apuesta segura y me lancé con ganas a devorar sus 700 páginas. No me ha defraudado, todo lo contrario.

Lo primero a destacar, es el increíble rigor histórico que ha mantenido el autor a lo largo de toda la novela. Todo, absolutamente todo está contrastado y documentado. Es realmente una delicia leer una novela así, en la que sabemos que cada paso que damos, de la mano de sus protagonistas, son pasos que se han dado en la realidad. No es fácil mantener el rigor histórico en una novela, y si bien alguna escena y algunos personajes han sido inventados, para poder dar coherencia a la trama, esto queda perfectamente aclarado al final de la novela.

¡Qué feliz idea la de recuperar la historia de Julia Domna! Una perfecta desconocida para muchos, y sin embargo una de las mujeres más importantes y poderosas de la historia del Imperio Romano.

En esta novela, Galeno que es el médico oficial de la corte imperial, nos narra desde una privilegiada primera fila, la apasionante historia de lucha encarnizada por del poder de una mujer absolutamente fascinante.

Arrancamos con Cómodo y su época muy convulsa, y a partir de ahí asistimos a la lucha por el poder de Julia Domna, la esposa extranjera de Septimio Severo, que logró apartar de su camino a nada más y nada menos que otros cuatro emperadores (Pértinax, Juliano, Níger y Albino).

Intrigas, intentos de asesinato, engaños, pasión, odio, guerras, no falta de nada en esta novela que se lee de una tirada.

Si os gustan las batallas, vais a disfrutar de lo lindo con la descripción de las dos grandes ofensivas, decisivas para Severo, Issus y Lugdunum. Son absolutamente apasionantes, y tan bien narradas que nos parecer estar en medio del fragor, escuchando relinchos y golpes de espada.

La lista de los emperadores romanos es para mí como la obligada lista de reyes visigodos que nos teníamos que aprender de memoria en el colegio, es decir larga y complicada. Sin embargo, tras leer Yo, Julia os puedo asegurar que os sabréis de memoria y sin problema alguno la lista de los emperadores de esta época llamada de los cinco emperadores y de la Dinastía Severa.

Agradezco haber descubierto a Julia Domna, confieso que no conocía su historia, y como bien apunta el autor al final de la novela, es muy probable que el olvido “voluntario o no” de la Historia con esta gran mujer, se deba en gran parte a que, en primer lugar, fuera mujer (y eso en el Imperio romano tenía sus trabas) y en segundo lugar a que fuera extranjera (era Siria). Dos “pecados” imperdonables en aquellos tiempos (incluso me atrevería a decir que son taras que todavía hoy no se han conseguido superar).

Un libro que os recomiendo mucho, todo un descubrimiento. Es un gusto aprender historia así. ¡Esta vez, el Premio Planeta ha acertado!