Mujeres que no perdonan

Resumen/Sinopsis:

Ingrid, Victoria y Birgitta son tres mujeres muy distintas. Para el resto del mundo, llevan vidas aparentemente perfectas, pero las tres tienen algo en común: sufren en secreto la tragedia de vivir sometidas a sus maridos.

Hasta que un día, llevadas al límite, planean, sin tan siquiera conocerse, el crimen perfecto.

(fuente: quelibroleo.com)

Valoración:

Este libro tiene un gran defecto. ¡Su escaso número de páginas que hace que la novela sea corta, demasiado corta! ¡Apenas 224 páginas!

Camila Läckberg tiene adoradores y detractores, lo que está claro es que sus libros no dejan indiferente.

Es de lectura fácil, cierto. Su serie de novelas policíacas de los crímenes de Fjällbacka resulta amena, adictiva y cumple la premisa nº1 de una novela negra: enganchar.

En “Mujeres que no perdonan”, la autora cambia de escenario y se centra en la violencia de género.

Es ya conocida su defensa hacia la mujer, su papel en la sociedad del siglo XXI que ya ha dejado patente en sus anteriores obras, y el movimiento #Metoo que cobra aquí todo su protagonismo.

A un ritmo trepidante, y sin dar tregua, acompañamos a tres mujeres Ingrid, Victoria y Birgitta en un momento clave de sus vidas: cuando deciden que “basta ya”. Las tres sufren maltrato por parte de sus maridos, hay maltrato físico y psicológico. De este último se habla poco en general, pero es igual de devastador o más que el físico.

Sin conocerse, van a planear su venganza y sobre todo su liberación. Sobran los motivos, en los tres escenarios predomina la insultante prepotencia masculina, que necesita menospreciar, ridiculizar, insultar, golpear y apagar a la mujer que tiene a su lado, para sentirse algo.

Esto no va de clases sociales, pues tenemos justamente diferentes escenarios: una profesora, un ama de casa, y una periodista que ha sacrificado su carrera para cuidar de su hogar y dejar que sea su marido el que brille en sociedad. De cara a la galería, las tres lo tienen todo para ser felices, y no tienen motivo alguno para quejarse. Como siempre, la tragedia se vive de puertas para adentro.

La narración es estupenda, con un lenguaje claro y sencillo, y escenas que fluyen con gran desenvoltura. Seguimos los pasos de Ingrid, Victoria y Birgitta con suma facilidad en capítulos cortos y concisos.

Sin embargo, me falta algo. Me hubiera gustado que la autora profundizara más en el carácter de sus personajes, que aquí queda en un simple esbozo.
Queda patente la violencia de género, y su crítica abierta hacia la sociedad actual, con una justicia tibia y una actitud de “ojos que no ven, corazón que no siente”. Sin embargo falta más contexto, con la crítica solo no basta.

No es su mejor novela, y no por demasiado corta, sino porque siento que sobrevuela demasiado rápido temas que merecen ser más desarrollados.

Luego queda la gran pregunta: ¿qué hubiera hecho yo en el lugar de las protagonistas? Lo dejo a vuestro criterio. Merece la pena ser leída, pero mucho me temo que, también a vosotros, os sabrá a poco.