La vida mentirosa de los adultos

Resumen/Sinopsis:

«Dos años antes de irse de casa, mi padre le dijo a mi madre que yo era muy fea». Así empieza esta novela extraordinaria sobre el descubrimiento de la mentira, el amor y el sexo, narrada por la inolvidable voz de Giovanna, una joven empeñada en conocer a su tía Vittoria, incomprensiblemente borrada de las conversaciones y álbumes de fotografías. Con ello desencadenará sin saberlo el desmoronamiento de su familia intelectual y burguesa, perfecta solo en apariencia.
Maestra absoluta de la intriga, Ferrante siembra la trama de sorpresas y anuda prodigiosamente la misteriosa historia familiar y amorosa en torno a una pulsera que pasa de mano en mano. Nadie como ella para describir la complejidad de las pasiones humanas y todas las intermitencias del pensamiento y el corazón.
(fuente: La casa del libro)

Valoración:

Soy fan incondicional de Elena Ferrante. No es muy ortodoxo empezar así una reseña literaria, pero mentiría si dijera que he leído este libro como cualquier otro. Cuando leo a Ferrante, me transporto de inmediato a Italia, y tengo mis cinco sentidos en alerta. Cada vez que cierro una obra suya me siento algo huérfana y espero con impaciencia la siguiente.

Así, cuando por fin tuve entre mis manos “La vida mentirosa de los adultos” la devoré con la misma emoción que la saga Dos amigas.

Con esta novela, volvemos a Nápoles. Hasta ahí cualquier parecido con la tetralogía que lanzó a Ferrante a la fama, ya que no hay ni rastro de la saga de Lila y Lenù en esta nueva obra.

Esta vez, estamos en el Nápoles de la década de los 90, y vamos a acompañar a Giovanna, una niña que se asoma a la adolescencia con temor y con la clásica rebeldía que caracteriza el paso por esta etapa de la vida.

Giovanna vive de forma tranquila y apacible junto a sus padres, en un barrio de clase media alta. Hija única, su vida transcurre entre la escuela y los juegos con sus dos grandes amigas, Angela e Ida. Todo va bien en su pequeño mundo, hasta que un día escucha decir a su idolatrado padre que ella es fea y que cada vez se parece más a su tía Vittoria. Esa tía de la que nunca se habla en casa, la renegada, la misteriosa. A partir de entonces, Giovanna va a entrar de golpe en el mundo de los adultos. Primero porque decide indagar sobre esa tía de la que nadie quiere hablarle, y que su padre tanto odia, y se va a dar de bruces con varias sorpresas para las que no está preparada, y después porque su perfecta unidad familiar se viene abajo de golpe cuando su padre decide dejar el hogar familiar, y es entonces cuando descubre el verdadero mundo de los adultos, lleno de mentiras.

Su curiosidad se ve incrementada porque no entiende cómo ella que ha sido hasta entonces la princesa de su padre, puede ser comparada con alguien a quien éste odia, y que además califica de fea.

Giovanna se observa en el espejo y se odia, está despertando a la pubertad, tiene las hormonas revolucionadas, y en su cabeza bullen las ansias de ser bonita, agradar a todos y a su padre en particular. Quiere ser guapa, y parecerse a todas aquellas jóvenes que pisan fuerte y tienen éxito (o eso cree ella).

En las novelas de Elena Ferrante destaca siempre el abismo entre el mundo masculino y femenino, el abuso de poder de los hombres, el abandono afectivo de la figura paterna, la soledad de la mujer que tiene que luchar contra todo para sacar adelante a la familia y sobrevivir en una sociedad mayoritariamente machista. En esta novela esto no es una excepción, y están presentes todos estos ingredientes, con la educación como telón de fondo, y su vital importancia a la hora de conseguir una independencia económica para no vivir a expensas del patriarcado.

Giovanna despierta a la sexualidad más por rabia y revanchismo que por auténtico interés. Se codea con jóvenes de dudosa reputación y trata de parecerse en todo a su tía Vittoria, la oveja negra de la familia, en realidad no tan negra. Todo ello para provocar una reacción en su padre, que no termina de llegar, o que llega tarde.

Volvemos a caminar por las calles de Nápoles, pero esta vez en unos barrios más aburguesados, donde transcurre la vida de la protagonista, aunque también nos lleva a los sórdidos suburbios cuando se adentra en el mundo de su tía Vittoria.

Narrada en primera persona, en esta novela pone de relieve la fragilidad del mundo infantil, lo delgada que es la línea entre la inocencia y la violencia del mundo de los adultos, y cómo unas palabras lanzadas al aire de forma inconsciente pueden dar al traste con la vida de una niña.

Una historia familiar, tan real como pueda ser cualquiera de las historias que nos rodean, narrada con la maestría de Elena Ferrante.

 

Lectura muy recomendada, si os gusta el estilo crudo y sin tapujos de la autora, si sois amantes de la Italia de ayer y de hoy, y de la narrativa contemporánea.