Resumen/Sinopsis:

Una llamada, una cartilla de reclutamiento de las fuerzas armadas de la Alemania nazi y una frase escrita a mano en su interior desencadenan una crisis emocional en Hannah.

«Hannah, niña número 37. G. Wolf»

El nombre de G. Wolf surgirá con fuerza y se convertirá en el hilo conductor que le permitirá sumergirse en la historia de su abuela, una superviviente de la Segunda Guerra Mundial que nunca contó a su nieta la odisea de su familia en la Italia ocupada por los nazis.
Hannah revela una danza entre pasado y presente en una ciudad: Florencia. La ciudad de los puentes sobre el Arno como testigo de la barbarie y la crueldad del fascismo en 1944, pero también como cuna de hombres y de mujeres, amantes del arte y de la cultura, que, a pesar del conflicto bélico, trataron de hallar algo de luz en un periodo de oscuridad.
Hannah es un relato vital y apasionado, una novela de ritmo trepidante en la que Christian Gálvez rescata del pasado la historia olvidada de un cónsul alemán en Florencia, Gerhard Wolf, y unos acontecimientos cuyas consecuencias sirven de advertencia en un presente cargado de incertidumbre. (fuente: Casa del Libro).

Valoración:

Primera lectura de este autor, y primer acierto. Este libro llegó a mis manos por una recomendación. Me sentí atraída por esta lectura más que nada porque la acción tiene lugar en Florencia, una de mis ciudades fetiche.

El argumento no me llamaba en exceso la atención, porque las atrocidades del Holocausto han quedado ya plasmadas en tantas obras, maravillosas e indispensables como El hombre en busca de sentido (reseñada en este blog), que no pensaba que otra más pudiera sorprenderme. Además, considero que es un tema muy explotado ya, y suelo huir de este tipo de lectura.

Sin embargo, al ver el Ponte Vecchio en la portada, ya me sentí atrapada por esa magia tan especial que desprende. A esto tengo que añadir que soy admiradora de Christian Gálvez, por su increíble labor de investigación sobre Leonardo da Vinci, y porque me ganó con la exposición “Los rostros del genio” (Palacio de las Alhajas de Madrid, 2019), así que con todos estos ingredientes en la coctelera, me dejé llevar por esta lectura.

El autor une relato pasado en tercera persona, y presente en primera persona para presentarnos una historia con un contexto muy duro. Estamos en la Italia de Mussolini, en una ciudad absolutamente mágica y maravillosa, Florencia. Christian Gálvez ha rescatado del olvido a un héroe de la II Guerra Mundial, Gerhard Wolf cónsul alemán en aquella ciudad en 1944. Con unos buenos toques de ficción muy sabiamente añadidos, ha tejido una novela histórica entrañable, entretenida, muy bien documentada, y que nos permite descubrir rincones de Florencia absolutamente inéditos (al menos para mí, que me la he pateado varias veces y que por supuesto me incita a volver cuanto antes).

La parte del relato en presente de la novela, la más amable y ligera, es la que quizás menos me ha gustado porque la he notado muy forzada. La Hannah del presente me ha parecido artificial, poco creíble, y con diálogos a menudo absurdos. Me han gustado los guiños musicales, muy bien traídos.

Creo que el autor se encuentra mucho más cómodo cuando se traslada al terreno de la historia, esa es su zona de confort y ahí es donde brilla.

La parte del pasado, la histórica, es fantástica. Los personajes, tanto reales como ficticios (el trabajo de investigación de Gálvez ha sido soberbio) están muy cuidados, perfectamente descritos e interactúan de forma tan natural que la novela fluye sola.

La pasión que siente el autor por Florencia, que ya brilla por si misma sin necesidad de que le den más lustre, queda patente en cada página. Es capaz de tejer cada referencia con tanto detalle (calles, paisajes, rincones, salas de exposición de museos, descripción de cuadros, canciones…) que tenemos la sensación de estar de nuevo paseando por la Galería de los Uffizzi y sus aledaños.

Descubrimos a un personaje tan entrañable como extraordinario, el cónsul alemán Gerhard Wolf. Personaje real, que ayudó a huir de forma clandestina a muchos judíos de la ciudad, y que trató siempre de salvaguardar el arte y la cultura de esta fantástica ciudad.
Junto a este gran personaje, vamos a conocer no solo a Hannah (la abuela de la Hannah de la parte del presente), sino a todos esos personajes que conforman la trama de la novela, cargos diplomáticos, eclesiásticos, militares, la mayoría de ellos reales. Todo ello sin olvidar a los florentinos de a pie, unos más cercanos (el barbero) otros menos, y que pone de manifiesto la capacidad de investigación y de documentación de Christian Gálvez ¡chapeau!

El final, que une ambas historias en el tiempo, es conmovedor y la historia se cierra dejando un sabor agradable, a pesar del horror del contexto.

Agradezco esta lectura, porque me ha transportado a una de mis ciudades favoritas, me ha hecho descubrir rincones desconocidos de ella, y además tengo ya la excusa perfecta para volver: ir a ver la placa conmemorativa que la ciudad de Florencia dedicó a Gerhard Wolf en abril de 2007, y que se encuentra en el precioso Ponte Vecchio, sobre el Arno.

¿Lectura recomendada? Sí, si te gusta la novela histórica, Italia, Florencia, el arte y la cultura. Tiene sus fallos en la parte del presente de Hannah, pocos, pero es una lectura muy entretenida y amena.